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3.11.10

¿Ecuanimidad? La, la, la.

Quien mira la realidad con un solo ojo, solo ve una parte de la realidad.
Para verla entera, a la realidad hay que mirarla con los dos ojos. Uno de amor y otro de odio, como quería Nietzsche.
Además de tuertos hay ciegos, y además de ciegos están los que se niegan a ver. Y, por último, no conviene olvidar a quienes no permiten en absoluto que la realidad afecta a su idea de la realidad.
De ahí que tanto los tuertos como los ciegos y los que no quieren ver detesten la ecuanimidad. Y por eso mismo ser ecuánime es tarea imposible en la cruda realidad. De modo que solo a solas con uno mismo puede uno llegar a serlo.
—Pero ¿y el diálogo? ¿Acaso no sirve para alcanzar la verdad? —pregunta el iluso.
—¿Desde cuándo se busca la verdad en el diálogo? —responde el escéptico.
—Dialogar es la manera más fina de tener razón —añade el cínico.
—Algunos usan las palabras como si solo fueran palabras —apostilla el semántico.
—Quien domina las palabras, domina la realidad —confiesa el político.
—Dialogar, ¿para qué? ¿Hay otra verdad acaso que la mía propia? —declara el narciso.
—Lo que no veo, no existe. Las palabras no se ven. Y cuando se ven, resultan ser letras. Y si son letras, nada son —farfulla el marihuano.
—Hablar, dialogar, charlar, platicar, conversar… mucho ar —contraataca el soldado.
—Las palabras son signos, aciagos muchas veces —señala el agorero.
—Dialogar es un mero fluir de voces. Y acabado el diálogo, cada uno sigue siendo el mismo, lo mismo que la piedra es siempre piedra —sentencia el solitario.
—Las palabras son puñales —dictamina el forajido—. Y cuando hablan, los puñales hablan hasta desbarrar.
—En el principio era el verbo —predica el evangélico.
—Hablando se entiende la gente… —revive el refranero.
—… y matando también —remata el mercenario.
—Palabras, palabras, palabras… —se relame de gusto el viejo linotipista libertario.

4 comentarios:

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Las palabras son un flatus vocis, diría el filólogo.
Parole, parole, parole, soltanto parole di più, diría Dalila -creo-.
Un abrazo.

Javier dijo...

Las solas palabras no son la realidad, pero ayudan a comprenderla.

Un abrazo.

Carmen dijo...

Excelente e ingenioso texto. Como le escuché en una ocasión a Gómez Pin: "No sabemos si el verbo se hizo carne, lo que es seguro es que la carne se hizo verbo". Es el lenguaje, esa condición tan singular de los humanos, la que hace la realidad.

Un Saludo.

Luis Valdesueiro dijo...

¿Rita Pavone? No sé, José Miguel.

... Y a expresarla, sin duda, Javier.

Eres muy amable, Carmen. Gracias. A veces se me subleva el espíritu y me salen cosas así...


Saludos.

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