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8.9.12

+ Kohachiro Miyata (“Tsuru no Sugomori”) y fray Luis de León (“A Francisco Salinas”)

No sé cuántas veces habré escuchado esta pieza, interpretada con la clásica flauta japonesa por Kohachiro Miyata (al que descubrí en las ofertas de unos grandes almacenes), ni cuántas habré leído esta poesía de fray Luis (desde que me alcanza la razón). Ni lo sé ni me importa. Pero lo que bien sé, y no olvido, es que en el vértigo de la noche, la alta noche de los desvelos, la flauta de Kohachiro, o la poesía de fray Luis, serenan el alma y aquietan el espíritu. Esta es música y poesía siempre nueva, como luz no usada.
Kohachiro Miyata interpreta “Tsuru no Sugomori” con la flauta japonesa.

III

A Francisco Salinas
Catedrático de música de la Universidad de Salamanca

   El aire se serena
y viste de hermosura y luz no usada,
Salinas, cuando suena
la música extremada
por vuestra sabia mano gobernada.
   A cuyo son divino
mi alma, que en olvido está sumida,
torna a cobrar el tino
y memoria perdida
de su origen primera esclarecida.
   Y como se conoce,
en suerte y pensamientos se mejora;
el oro desconoce,
que el vulgo ciego adora:
la belleza caduca engañadora.
   Traspasa el aire todo
hasta llegar a la más alta esfera,
y oye allí otro modo
de no perecedera
música, que es de todas la primera.
   Ve cómo el gran maestro
a aquesta inmensa cítara aplicado,
con movimiento diestro
produce el son sagrado
con que este eterno templo es sustentado.
   Y como está compuesta
de números concordes, luego envía
consonante respuesta;
y entrambas a porfía
mezclan una dulcísima armonía.
   Aquí la alma navega
por un mar de dulzura, y, finalmente
en él ansí se anega,
que ningún accidente
extraño o peregrino oye o siente.
   ¡Oh desmayo dichoso!
¡Oh muerte que das vida! ¡Oh dulce olvido!
¡Durase en tu reposo
sin ser restituido
jamás a aqueste bajo y vil sentido!
   A aqueste bien os llamo,
gloria del Apolíneo sacro coro,
amigos, a quien amo
sobre todo tesoro;
que todo lo demás es triste lloro.
   ¡Oh! suene de contino,
Salinas, vuestro son en mis oídos,
por quien al bien divino
despiertan los sentidos,
quedando a lo demás amortecidos.


FRAY LUIS DE LEÓN
(según la edición de Ángel Custodio Vega, O.S.A. Planeta [Hispánicos Planeta], 1975)

3 comentarios:

Manuel Marcos dijo...

Feliz coincidencia de texto y música, le felicito. Procura efectivamente paz de espíritu.

Salud
Manuel

Luis Valdesueiro dijo...

Gracias, Manuel. Sí, parece que caminos distintos pueden conducir a un mismo fin.
Saludos.

Angel Guinda dijo...

Por Kohachiro Miyata enflautado y frayleonizado estoy gracias a ti.

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